Cuando llegamos a la casa los únicos muebles que tenía eran dos sillas de madera un poco viejas, así que las dejamos para la terraza de forma provisional.

A las sillas les sumamos una mesa plegable para poder tomar algo en la
terracita. Como podéis ver la mesa tampoco era una maravilla.

Un día pensé: "estas sillas pintadas cambiarían mucho". Y esa ha sido nuestra tarea este fin de semana. Primero hubo que
lijarlas, lo cual fue un rollo y eso que lo hice con una máquina de lijar. Y luego las pintamos con esmalte de colores. Y el resultado es este:

Una vez pintadas las pusimos junto a la mesa y la verdad es que no pegaban mucho así que pintamos el tablero y la combinación ha quedado bien, la verdad es que la terraza está mucho más alegre. Ya sólo queda que crezcan todas las
plantitas que Piña ha plantado.